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Sinopsis

El cerebro de una persona produce cuatro sustancias, o "químicos de la felicidad", que dictan cómo las experiencias hacen sentir a esa persona. Estos químicos de la felicidad - dopamina, endorfina, oxitocina y serotonina - crean buenos sentimientos que hacen que las personas construyan vías neuronales, pero cuando repiten esas vías una y otra vez, los buenos sentimientos disminuyen. De Hábitos de un Cerebro Feliz, aprenda la clave para la felicidad sostenida y aprenda a formar nuevas vías que estimularán los químicos de la felicidad y crearán nuevos buenos sentimientos.

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Resumen

Entendiendo el cerebro humano

El cerebro humano tiene mucho en común con los cerebros de otros mamíferos. En todos los cerebros de los mamíferos, los cuatro químicos de la felicidad son controlados por el sistema límbico, que libera neuroquímicos cuando algo bueno sucede. La otra parte clave del cerebro que induce la felicidad, la corteza, es mucho más grande en los cerebros humanos que en los de otros mamíferos, y esa diferencia nos permite regular nuestros sistemas límbicos y entrenarnos para crear nuevas vías neuronales. "Tu gran corteza te hace diferente de otros animales", escribe Breuning. "Puedes seguir construyendo nuevas vías neuronales y así seguir afinando tus esfuerzos para satisfacer tus necesidades. Pero el hombre no vive solo de la corteza. Necesitas tu sistema límbico para saber qué es bueno para ti."

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Cada uno de los cuatro químicos de la felicidad tiene un "motivo de supervivencia", o un resultado que da a nuestro cerebro buenos sentimientos de la liberación de ese químico. La dopamina está orientada a buscar recompensas, la endorfina se libera al ignorar el dolor físico, la oxitocina fluye cuando construimos alianzas sociales y la serotonina se activa cuando recibimos respeto de los demás. Nuestro cerebro está diseñado para almacenar experiencias, por lo que cuando repetimos comportamientos que estimulan los químicos de la felicidad, esas vías o senderos neuronales, se vuelven bien transitados, y somos menos propensos a desarrollar nuevos hábitos. Desafortunadamente, cuando recorremos esas vías cerebrales una y otra vez, los buenos sentimientos disminuyen. El secreto para desencadenar la felicidad a lo largo de la vida es desarrollar el hábito de crear nuevos senderos neuronales.

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Cómo crear nuevas vías

Las personas están programadas para volver a las mismas viejas vías neuronales, y si ceden a esta inercia, encontrarán menos y menos felicidad con el tiempo. Con una comprensión adecuada de la química del cerebro y un compromiso para construir nuevos hábitos, es posible seguir encontrando nuevas fuentes de felicidad con nuestras propias acciones. Para cada químico de la felicidad, Breuning recomienda comportamientos específicos y prácticos que estimularán el neuroquímico para producir buenos sentimientos:

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Dopamina

Como la dopamina se activa con las recompensas, celebrar pequeñas victorias es una estrategia simple para estimular más dopamina en el cerebro. Otras tácticas de dopamina son dar pequeños pasos hacia un objetivo más grande, dividir una tarea desagradable en partes pequeñas y trabajar para elevar o bajar el nivel de tus expectativas para que los logros sean posibles, pero no demasiado fáciles, de alcanzar. Con cualquier nuevo hábito de cerebro feliz, Breuning anima a las personas a continuar las prácticas incluso cuando se sientan incómodas y antinaturales, trabajando a través de la resistencia que intenta mantener a nuestro cerebro de desarrollar nuevas vías.

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Endorfina

Las estrategias recomendadas para aumentar la endorfina suenan simples, pero hacerlas un hábito diario requiere compromiso y la voluntad de pensar fuera de la caja. Para aumentar las endorfinas, las personas necesitan reír más a menudo, llorar cuando sea necesario, variar su rutina de ejercicios, incorporar un régimen de estiramiento diario y hacer que el ejercicio sea divertido. La rutina puede ser el enemigo de las endorfinas, por lo que mezclar la norma y buscar oportunidades para expresar emociones puede liberar las compuertas de este químico cerebral.

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Oxitocina

Como la oxitocina está vinculada a fuertes alianzas sociales, las estrategias para producir más del químico deben estar vinculadas a nuestras relaciones con los demás. Las recomendaciones para estimular la oxitocina incluyen construir sobre la "confianza por proxy" con animales, grandes multitudes y amistades digitales, establecer pequeños escalones de confianza en una relación, trabajar para ser digno de confianza, crear un sistema de verificación de confianza y recibir un masaje.

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Serotonina

Al igual que la oxitocina, la serotonina está conectada a nuestras relaciones, pero experimentamos la liberación de serotonina cuando recibimos el respeto de los demás. El verdadero respeto debe ser ganado, por supuesto, pero podemos desarrollar patrones amigables con la serotonina mostrando orgullo en los logros, abrazando nuestra posición social en cada momento, celebrando nuestra influencia en los demás y haciendo las paces con situaciones que están fuera de nuestro control. Una parte importante de renunciar al control es encontrar formas de disminuir el agarre del tiempo ignorando el reloj por un tiempo, o reservando un día para desplegarse sin planes.

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Nuevas rutas a la felicidad en 45 días

Con un menú tan extenso de potenciales nuevas vías cerebrales, una persona podría sentirse tentada a probar varias actividades o patrones de pensamiento nuevos de inmediato. Pero Breuning anima a los lectores a comenzar con un nuevo hábito que estimule un químico de la felicidad y a comprometerse a practicarlo durante 45 días. Como el cerebro es resistente a las nuevas vías y se siente más cómodo recorriendo los senderos bien transitados, mantener esos nuevos hábitos probablemente será difícil al principio. La clave para crear nuevos hábitos felices es formular un plan para estimular un químico de la felicidad, elegir una actividad y repetir esa acción todos los días, incluso cuando no te apetezca. Breuning recomienda volver al Día Uno si te saltas un día, con la certeza de que la incomodidad de volver al Día Uno reforzará tu cerebro para seguir con el régimen de 45 días la próxima vez.

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Aquellos que entienden su química cerebral y se comprometen a desarrollar nuevas vías neuronales hacia la felicidad aprenden que sus emociones y su bienestar están bajo su control. No es egoísta tomar el control de tu propia felicidad y aprender los hábitos prácticos de aumentar la liberación de tus químicos de la felicidad. Nadie es feliz todo el tiempo, y el entrenamiento cerebral no puede necesariamente cambiar las circunstancias difíciles, pero el compromiso de forjar nuevos senderos neuronales puede transformar la forma en que piensas sobre los estados de ánimo y ponerte en el asiento del conductor en la búsqueda de una vida más feliz.

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